Mi aire eres tú al respirar.

Cuanta historia guardan las camillas de los hospitales, cuanto dolor se padece en cada paciente que las ocupa "temporalmente". Hoy mi hijo no se siente comodo en ella y menos cuando le  extraian una prueba de sangre, que es todo un drama para lograr borrar ese mal rato que sufrimos juntos. 
Hoy durante el tiempo que he pasado, he sido la camilla de mi hijo, de algún modo se siente seguro con las canciones que le canto, el sonido de mi corazón, mis brazos es el refugio preferido en el qué fluye su sencilla forma de dormir.
No se, que tendrá. Que hace que su temperatura continue en 38º ó 39º y por mas agua en los trapitos y medias, por mas baños de urgencias, nada es suficiente para controlar con mis cuidados que mi hijo se mejore. Seguiremos en espera a los resultados, hoy nos toco a nosotros estar aquí, quizas las camillas querían que yo me fijara en ellas. Sé lo duro que es estar ahí,  lo impaciente y tormentoso de depender de otra persona para seguir con fuerza. Sin embargo preferiría tanto ponerme en el puesto de mi hijo para que todos los males me pasaran a mi y asi, su sonrisa volveran a mis días.  

Te despierto en un segundo. 

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