La que era Zana

La zanahoria podrida, se despidió de sus dos compañeros. Ya no servía... Su aspecto confirmaba lo que por dentro llevaba, su herida por estar tanto tiempo caída en un mismo lugar, sin ser devorada...sin ser contemplada!.
Solo el plástico la abrazaba como una suave cobija que busca asfixiarla. Así, que se libero, totalmente dañada para que la escogiera estas manos que ahora escriben, solo dijo: Adiós.
Hay un fuerte olor a tierra, la lluvia provoca toda este perfume. Sin embargo, viene de ella una rotunda despedida, deseando que a sus dos compañeros no le suceda lo mismo. Prefiere, que desaparezcan de otra forma, como en rico jugo de zanahoria.

Gr.

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