Misterios Indescifrables.

                         

En el largo camino del silencio y del tiempo, en el que me sumerjo en cada oportunidad. Encuentro mi presente en crecimiento constante, un nacimiento en cada amanecer, que me permite aspirar a envejecer con dignidad.

Estando lejos de la edad que dependía de la atención de mis padres, del permiso que me permití darme al salir sin miedo al mundo con mis propios pasos, al conocer la prisa de crecer al querer estar sintiendo las vanidades de la libertad que no cumplía a plenitud.

Distante de mi inocencia que como gato envenenado, la mate por curiosa por probar el amor y el temor de entregar la mejor parte que es imposible recuperar.

Las caídas que me rasparon el alma, por las veces que dudé regresar completa.

En éste transcurso de caminar o correr decidí con ánimos suficientes tragarme mi impulsó de volar, porqué no lo hago perfecto y no quiero desperdiciar mi pedazo de cielo que reservo para cuando  toque entregar el equipaje.

Sería mas llevadero, mas duradero olvidarme de la prisa y tener mas cuidado, para así tener mas detalles, para cuando cierre los ojos mas adelanté pueda imaginar claramente lo que toqué, lo que dije, lo que sentí. 

Por ejemplo, cuando nació mi hijo, experimenté el amor pintado en todo mi ser y en ese instante conocí la dicha de que lo que trae la dulce espera. Mi gran primicia, viendo su rostro, tan hermoso!...Es el momento que puedo describir con demasiada claridad.
En ese mismo deseo, de llenarme cada segundo de felicidad pura, que por ser tan fugaz buscamos una nueva dosis que nos haga nacer de nuevo en el mundo y en el mio, una parte de mi, me acompaña agradecida.

Creo mucho en los ángeles que persigue a cada persona desde su nacimiento. Y es un regalo divino que por ignorar lo alejamos y lo perdemos. En mi caso, lo conozco en sus detalles. Es tan bueno, que me saluda siempre con una pluma blanca cerca de la puerta, o en el volar de las mariposas que siempre lo hacen cerca de mi, cada mañana. Inclusive en mis sueños, al  sentir pequeñas señales que tienen sus opiniones alarmando en forma futuristas, porqué te cuidan de lo que se aproxima, como una orden divina para que siempre estés precavido.

Ya que si no estuviese tan oscuro a la vuelta de la esquina, me arriesgaría a entender que el detenerse no es una opción  y que todos tenemos en común en llevar la vejez encima, que todo cambio es la alarma del tiempo reclamando lo suyo. 
Para terminar descifrando la historia, la de cada uno, con todo sus golpes, achaques y anhelos. Con la firmeza de ir borrando los fantasmas y reiniciar la memoria con lo necesario para vivir.

Gaby R.